Vuelvo a la prosa y con ello a oleadas de sabiduría que salpican mi esqueleto.. La primera fue la cena de caracoles, la segunda el agua contaminada por hierro, y con dolor en mis entrañas me decido por el epokhe y por enésima vez a la comida japonesa. Lo peor es el ayuno de líquidos... Los muertos me persiguen disiendo: "Nunca más, nunca más." Hay poca gente de mi edad y los que de haberlos ahílos están en sus ocupaciones. Buffy sigue yendo al Bronze y su chaqueta resulta imprescindible. Llueve, llueve y pocos toman el sol. Ni Holland, ni Lobo... un Holmes que quiere recuperar su pluma, como un Cristo atando su cinturón. Todo muere si no se cuida.